Te aseguro que cuando empecé
en un túnel sin fin
y pasé por todo él
rodando y rodando hasta caer,
ni siquiera por un momento
que iba a ser tan grande pensé.
Después de unos días
cuando a una morita
tanto me parecía
me impulsaron a caer
¡qué espacio infinito!
tal vez desapareceré...
pero no, de pronto me quedé
sobre un suave nido de blandas
y cómodas células, me huundiií
me acurruqué y de todo me olvidé.
Así, durante 9 meses
el sabor de estar vivo ... disfruté,
y ahora, después de decenas de años
agradezco tanto a mi madre
que desde una blanda mórula
dentro de ella me dejara crecer.
