jueves, 3 de junio de 2010
jueves, 22 de abril de 2010
Tierra, en tu día
viernes, 9 de abril de 2010
Él, ella y yo
Él la amaba, y nunca vi a alguien
que amara así, sin saber.
yo que no era ella,
podía ver claro
y espantada comprendía
que eso él no lo sabía.
Él la amaba, y nunca le fue fácil
dejar de verla en otra,
y a veces, hasta amarla
y descubrir entonces
que el amor de ella
era como distinto.
Entonces, retrocedía
de ilusiones vacío
como asustado o enajenado
como en falta, autoacusado.
Y pasaron muchos años
intentando olvidarla
mirándola de frente
negando su desgracia,
y yo que lo sabía
debía contenerme.
La risa de ésta, los cabellos de aquella,
los versos de la aurora,
la tristeza de violetas
todo un poco de toda ella
y yo sufría porque nunca ví
que se amara tanto
y se ocultara pronto,
y se fuera tan fiel
al recuerdo de una.
Él la amaba, y pasarán tal vez más años
y él la seguirá mirando
con fatal indiferencia.
Y yo que lo sé todo
me pregunto, ¿qué será?
cuando ella tome un rumbo,
ame a otro y haga vida.
Me pregunto si la risa de ésta,
los cabellos de aquella
serán suficientes para olvidar sus versos,
sus tristezas y su encanto.
Si podrá soportar saberla amada, y tan lejos
aunque siga mirándola.
Yo que lo sé todo
no podría consolarlo
porque historia semejante
no tiene consuelo alguno.
Aprenderé sin embargo,
que hay que decir que uno ama,
poco, mucho o demasiado
para no morir en vida
como él, que por negarlo
que amara así, sin saber.
yo que no era ella,
podía ver claro
y espantada comprendía
que eso él no lo sabía.
Él la amaba, y nunca le fue fácil
dejar de verla en otra,
y a veces, hasta amarla
y descubrir entonces
que el amor de ella
era como distinto.
Entonces, retrocedía
de ilusiones vacío
como asustado o enajenado
como en falta, autoacusado.
Y pasaron muchos años
intentando olvidarla
mirándola de frente
negando su desgracia,
y yo que lo sabía
debía contenerme.
La risa de ésta, los cabellos de aquella,
los versos de la aurora,
la tristeza de violetas
todo un poco de toda ella
y yo sufría porque nunca ví
que se amara tanto
y se ocultara pronto,
y se fuera tan fiel
al recuerdo de una.
Él la amaba, y pasarán tal vez más años
y él la seguirá mirando
con fatal indiferencia.
Y yo que lo sé todo
me pregunto, ¿qué será?
cuando ella tome un rumbo,
ame a otro y haga vida.
Me pregunto si la risa de ésta,
los cabellos de aquella
serán suficientes para olvidar sus versos,
sus tristezas y su encanto.
Si podrá soportar saberla amada, y tan lejos
aunque siga mirándola.
Yo que lo sé todo
no podría consolarlo
porque historia semejante
no tiene consuelo alguno.
Aprenderé sin embargo,
que hay que decir que uno ama,
poco, mucho o demasiado
para no morir en vida
como él, que por negarlo
a su amor ha condenado.
miércoles, 10 de febrero de 2010
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